“Amaia, sigue cosiendo sueños” me lo dicen con frecuencia, y yo, me lo repito constantemente.
Pero, para mí, más que simples palabras que uno puede llegar a interiorizar, son terminos que brotan desde mi interior, vocablos que me ayudan a afrontar cada día con más pasión e ilusión.
De pequeña, vestía muñecas.
En mi adolescencia, personalizaba camisetas.
Quién me diría, que hoy, apostaría por sumarme a la aventura de cada novia, a tejer sus sueños, a bordar sus historias y con cada puntada, a emprender un camino.
La aguja, el metro y las tijeras son mis compañeras de viaje.
Los tejidos de primera calidad, mi punto de partida, y una producción local y ética son celadores de mi compromiso social.
Pero, Amaia Albes, no sería Amaia Albes, sin la vivencia con cada cliente, sin la conexión con cada novia, sin mimar cada sonrisa o cuidar cada ilusión.
Porque mi objetivo no queda en crear un vestido a medida, si no que confeccionar un sueño a medida, y para siempre.